jueves, 20 de octubre de 2016

Las claves del Pop Art: Episodio III

Después de habernos introducido en los inicios del Pop Art en Inglaterra y su época de esplendor en Estados Unidos, llega la hora de ver qué pasó en España con este Arte tan peculiar y llamativo, porque recordemos que aquí se vivía en plena época franquista, con todo lo que eso suponía para el ambiente artístico del momento. 
Luis Gordillo
"Gran cabeza" (1965)

Efectivamente, el régimen represor de Franco consideró las vanguardias artísticas como decadentes, e intentó "fabricar" un tipo de Arte genuinamente español: realista, religioso y glorioso, que no llegó a fraguar. Cuando el caudillo comprendió que debía abrirse al mundo exterior y entrar a formar parte de la ONU, no tuvo más remedio que mostrar síntomas de modernidad, por ejemplo apoyando ese Arte abstracto tan en boga en Estados Unidos, que en España apareció en forma del movimiento informalista (podéis leer más sobre este tema aquí). Esto, que en un principio fue acogido por la gran mayoría de artistas como un billete a la libertad, se convirtió en pocos años en otra forma más de dirigismo político, es decir, era un tipo de Arte auspiciado desde el régimen y, como reconocieron algunos de sus artífices, "vació de contenidos".

Aunque esta opinión es muy discutible, el caso es que hubo muchos ejemplos de artistas que trasmutaron su lenguaje informalista hacia una figuración narrativa, como es el caso de Luis Gordillo (Sevilla, 1934), que planteó sus nuevas propuestas reinterpretando el Pop Art desde la mirada del cine, de la música y del psicoanálisis. De hecho, sus Cabezas son el resultado de sus sesiones de psicoanálisis en Madrid, tras las que, según él mismo admite, empieza a creer por primera vez en que podría ser pintor (gracias Freud!).
Eduardo Arroyo
"Le Meilleur Cheval du monde" (1965)

Pero si hay algo que caracteriza a los creadores del Arte Pop en España es su dimensión política y reivindicativa, es decir, lejos de esa imagen ingenua, frívola y pueril del Pop extranjero, los artistas españoles fueron muy críticos con la situación política y social del momento, poniendo la imagen al servicio de la sociedad. Tal es el caso de Eduardo Arroyo (Madrid, 1937, periodista, escritor y antifranquista convencido, tuvo que exiliarse a París donde desarrolló su imaginario antidictatorial, que tiene en la representación del uniforme un "leitmotiv" para expresar el ejercicio del poder, sin tener que recurrir al retrato propiamente dicho, como vemos en "La chaqueta de Stalin" (1964) o en la serie "Le Meilleur Cheval du monde" (1965).

Equipo Crónica
"La salita" (1970)
Menos sutiles en su crítica fueron los dos grupos de artístas más genuinamente Pop del panorama artístico español: Equipo Crónica y Equipo Realidad, nacidos tras la desintegración del movimiento cultural valenciano "Crónica de la Realidad".

Equipo Realidad
"El entierro del estudiante Orgaz" (1966)
Equipo Crónica estuvo formado por Manolo Valdés, Rafael Solbes y Juan Toledo, aunque este último sólo se mantuvo en el grupo un año, y estuvieron activos entre 1964 y 1981, año del fallecimiento de Rafael Solbes. Su obra mezclaba la estética Pop con los mass media y la Historia del Arte, añadiendo elevadas dosis de humor e ironía, que escondía una profunda crítica social y política. Trabajan en series, variando un mismo motivo de manera que en la lectura conjunta de cada serie se puede leer claramente la opinión y visión que el Equipo tenía sobre la España del momento. Es característico de Equipo Crónica encontrar referencias a los clásicos del Arte, como Velázquez, El Greco o Goya, pero también artistas contemporáneos como Picasso o Lichtenstein, descontextualizando sus personajes, espacios y objetos, para dotarlos de nuevas lecturas, siempre al servicio de la crítica social.

Equipo Realidad
"Reina por un día" (1969)


En cuanto a Equipo Realidad, formado por Joan Cardells y Jorge Ballester, estuvo activo entre 1966 y 1976, reflejando la situación política del momento, una pre-democracia que estaba tardando mucho en llegar y tenía demasiados mártires, como el estudiante de "El entierro del estudiante Orgaz", donde vemos que, del mismo modo que hacía Equipo Crónica, recoge elementos clásicos de la Historia de la Historia del Arte y los adapta a la crítica antifranquista. Otro de los discursos más llamativos de Equipo Realidad es el papel de la mujer en la sociedad española de los 60, una mujer objeto que era exhibida como un elemento más de la casa y utilizada en el escaparate político y social...





Rafael Canogar
"La policía en acción" (1969)
Todos los anteriores son los ejemplos más significativos de artistas considerados Pop, aunque podemos encontrar muchos otros que se dejaron influir, en mayor o menor medida por este movimiento artístico. Para que sirva de muestra, se puede mencionar a Rafael Canogar, quien después de abandonar el informalismo se dejó llevar por el realismo, pues lo consideraba una herramienta mucho más adecuada para trasmitir lo que su conciencia como ciudadano le dictaba. Desde mediados de los años 60, podemos atisbar en muchas de sus obras reminiscencias de este Arte Pop, ya sea en el fondo o en la forma, es decir, ya sea en el mensaje crítico ante la sociedad del momento, ya sea en las características formales de la obra, como ocurre en "La policía en acción", en la que, como si de una viñeta de cómic se tratara, unos personajes que no son más que sombras negras destacadas sobre un fondo amarillo, representan un arresto policial.

Y ya empezado el siglo XXI el Pop Art sigue vigente en España, últimamente tristemente en boga con el escándalo en torno a Antonio de Felipe, en el que no queremos entrar y obviaremos para disfrutar de su obra gráfica, abiertamente Pop y que aporta, cuanto menos, colorido al panorama actual del arte... Con todo lo que habéis leído en las tres entregas sobre el Pop Art, esperamos que veáis la obra de Antonio de Felipe con ojos críticos, pero sobre todo... disfrutad!!!

Antonio de Felipe
"Infanta naranja, infanta limón"
S.G.

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